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Escribir, vivir y sentir Malvinas, el relato de un periodista que fue a las islas

A un mes de su regreso, el periodista Gustavo Lescano relató la cobertura que realizó de un viaje con 21 excombatientes. En el programa «Las del Nea en Red» que se emite en Radio Mega (98.1) los jueves de 19 a 20, contó que el desahogo es el punto inicial para empezar a sanar heridas.

En abril, se realizó el quinto viaje a Las Islas Malvinas, financiado por el Gobierno provincial como una política de Estado. Uno de los objetivos, es permitirles honrar a sus camaradas caídos y reencontrarse con su historia personal y colectiva. Fueron 21 excombatientes, uno de ellos es el coordinador, y un periodista: Gustavo Lescano. A él, lo acompañó un joven comunicador, Juan Ferragut.

En los estudios de radio Mega, Gustavo relató cómo fue ese viaje tan esperado. Hace muchos años habla sobre Malvinas en sus notas periodísticas, en ellas, busca descrir a los excombatientes como héroes pero también como víctimas de la dictadura y de gobiernos democráticos que buscaron invisibilizarlos.

¿Por qué se habla sólo de Malvinas el 2 de abril o cuando surgen estos viajes?

Creo que estamos empezando a salir de un proceso de desmalvinización que se dio después de la guerra. La dictadura lo oculto y, en parte, el gobierno de Alfonsin también; era como algo del pasado y no se hizo cargo, solo hacia el final del Gobierno. Con el menemismo surge, por la fuerza de los excombatientes, algunas menciones pero seguían con un perfil bajo. Hacia el 2.000 comienza la malvinización y revalorización. Hay una revisión de la historia desde Nestor Kirchner, a mí parecer era una política acertada porque permitía replantear varias cosas. Nos interpela desde varios lugares.

Ahora te permiten contar desde ese lugar, ¿qué pensas al respecto?

Es fundamental estar en el lugar, lamentablemente vamos como turistas y te hacen sentir como extranjeros. Es una barrera que debemos superar y lo hicimos las primeras horas. Vemos la riqueza natural. Uno se encuentra con una Malvinas rica en su suelo, es estar en el lugar que siempre se imaginó y escribió en mi caso.

¿Cuál fue tu reacción al saber que viajabas?

Lo esperaba por el trabajo que venia haciendo y una vez que se confirma, ahí uno esta feliz, se traza nuevos desafíos personales. Presión sentí porque me autoimpuse hacer el mejor trabajo, no porque los anteriores hayan estado mal, pero sí quiero poder hacerlo. Presión política no hubo. Reconozco y aplaudo esto, tengo libertad de narrar.

¿Cómo fue ese viaje en avión con los excombatientes?

Pura ansiedad, quería tratar de conocerlos a todos, sólo lo conocía a 4 de los 20. Con los 20 viajó un excombatiente coordinador y se sumó una delegación de 6 excombatientes de Chaco, más la viuda de uno de ellos que falleció el año pasado. Además de 4 más de Escobar, Buenos Aires.  

Y, ¿cómo fue llegar a las islas?

Llegamos hasta Rio Gallegos y de ahí cruzamos a Chile, con turistas y trabajadores. Fuimos con mucha ansiedad pero también con el cuidado de no generar inconvenientes. Cuidarnos en eso. Al llegar a Malvinas te hacen completar formularios, debemos decir que somos turistas y que vamos 7 días. Luego, aterrizamos en una base militar. Estábamos muy nerviosos y había controles por todos lados. Te hacen sentir como turista. El regresar fue aún más fuerte, te despojan de ciertas cosas, es mas complicado hasta incluso psicológicamente. Hay que superar porque los controles son muy exhaustivos.

¿Por qué hablas de despojo?

Creo que esa es la función de quienes están ahí. Te hacen sentir incómodos, esa es su finalidad. Sí tenes piedras, agua y hasta shampoo.

Tuviste una situación por unas botas ¿es así?

Al llegar a Malvinas me consultan si tenía zapatilla o zapato de montaña, le dije que sí. Ahí me consultan sí fue usado en mi país, la respuesta fue positiva. Me piden que saque de mi bolso y lo lavan con lavandina, le sacan toda la tierra de Argentina.

Hace mucho tiempo apoyas a la causa Malvinas desde tu trabajo, ¿dónde surge ese interés?

Cuando se cumplió 25 años de Malvinas trabajaba en el diario El Litoral, allí recibí un llamado telefónico de un dirigente, José Galván que quería informar sobre la muerte de un excombatiente de Paso de los Libres. Él, quería hablar de lo doloroso y del modo inhumano que fue perder un camarada, tenía un cajón de cuarta y tuvieron que hacer muchos papeles con Pami. Hoy, se los despiden con honores. Empiezo a hacer notas previas a cumplirse esos 25 años. Tengo muchos testimonios y coinciden en que fueron librados a su suerte, que no hubo ningún tipo de contención luego de volver de la guerra.

Uno de ellos, contó una vez que sólo salió del paraje donde vivía para ir a Malvinas. Cuando regresó tenía pesadillas y su mamá le hacía té de paico. Tenían el estigma social de ser los loquitos de la guerra. En mis notas, tengo esa mirada del antes, durante y después de las islas.

Sí tendrías que describir con unas palabras todo, ¿cuáles serían?

Sería, desahogo y revivir. Creo que el desahogo es el punto inicial para sanar heridas de guerra, es bueno en el proceso de sanación. Revivir, porque eso ayudó, no solo revivieron los recuerdos si no una nueva vida.

El periodista del diario Época y Radio Dos, viajó con un joven comunicador, Juan Ferragut. Están trabajando en un material audiovisual y él está escribiendo su libro de Malvinas.

El programa «Las del Nea en Red» es conducido por Lyale Gimenez Loch, Rocío Sánchez y Tatiana Ledesma Flores.

Entrevista: Las del Nea en Red por Radio Mega (98.1)

Foto: Las del Nea en Red

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