El diseño fue realizado en colaboración entre Rotzio.exe (Corrientes) y Ailén Chaco (Las Breñas, Chaco). Desde el principio, se pensó el logo como un espacio de cruce: de territorios, de vivencias, de luchas y de memorias.
Uno de los elementos centrales del diseño es el puente, símbolo de unión entre pueblos, generaciones y experiencias diversas. Así explican en la descripción del proyecto que difundieron desde la comitiva organizadora.
En este caso, también representa la propia forma de trabajo: un diseño hecho entre provincias vecinas, entre compañeres de piso, que se potencian como lo hacen quienes se encuentran cada año en este espacio colectivo.
Elementos gráficos
Alrededor de la paloma, figura principal del encuentro, se despliegan elementos que dialogan con el entorno natural y cultural de Corrientes: lapachos en flor, animales autóctonos como yacaré y yaguareté (reinterpretados con colores ligados a las luchas feministas), y flores como Mburucuyá, Irupé y Ceibo, que llevan los nombres de las mujeres del linaje materno de une de les diseñadores.
Anahí, figura tomada de la leyenda guaraní, como símbolo de resistencia indígena y conexión con nuestras ancestras afroguaraníes, danzando al son de los tambores de candombe. El agua, los ríos y los arroyos atraviesan la composición como una referencia directa a la cosmovisión litoraleña, a aquello que fluye y conecta.
Los colores
La propuesta de colores está basada en la calidez del entorno cultural de Corrientes; dando vida a los símbolos planteados, buscando expresar visualmente la diversidad, la fuerza colectiva y la belleza de los territorios:
- Violetas y lilas: asociados históricamente a las luchas feministas, estos tonos evocan transformación, sabiduría ancestral y espiritualidad. En el diseño, aportan profundidad emocional y conexión con las memorias de resistencia.
- Verdes selva y acuáticos: representan la biodiversidad, los humedales y los vínculos con la tierra y el agua. Psicológicamente, los verdes son tonos de equilibrio, sanación y crecimiento, reforzando el mensaje de cuidado y de vínculo con los territorios.
- Amarillos cálidos y naranjas florales: como los del ceibo o el irupé, transmiten vitalidad, creatividad y alegría. Son colores que activan y convocan, reforzando la idea de un Encuentro lleno de movimiento, lucha y celebración colectiva.
- Azules de río y cielo: conectan con lo fluido, lo que atraviesa y conecta. Los tonos de agua son tranquilizadores, pero también portadores de potencia y transformación, reflejando la cosmovisión litoraleña y la memoria de las voces ancestrales.
- Tonos tierra y rojos profundos: remiten al fuego, a la raíz y la sangre que corre por nuestras memorias, la presencia del tambor y el candombe. Estos colores refuerzan la presencia de nuestras ancestras y la fuerza de lo que nos une desde lo profundo.
La combinación busca no sólo armonía estética, sino una traducción emocional y simbólica del Encuentro como un espacio vital, plural, diverso y profundamente conectado con el territorio y con las luchas históricas de mujeres y disidencias.
Tipografía seleccionada
Anton (tipografía principal): de líneas gruesas, compacta y de gran impacto visual, transmite solidez, presencia y claridad. Es una tipografía ideal para títulos y enunciaciones principales, ya que comunica con contundencia y sin ambigüedades. Su estilo moderno y directo refleja la firmeza de las voces que se alzan en el Encuentro.
BlowBrush (tipografía secundaria): de trazo gestual y expresivo, evoca lo artesanal, lo humano, lo hecho a mano. Aporta dinamismo y un toque rebelde y festivo, dialogando con la energía creativa y espontánea del movimiento popular. Esta elección busca conectar con lo gráfico callejero, los carteles pintados en marchas y los trazos vivos de nuestras luchas.
Bebas Neue (tipografía terciaria): limpia, versátil y amigable para cuerpos de texto o información complementaria. Su estilo sans-serif moderno aporta equilibrio a la composición tipográfica, permitiendo armonizar los otros dos estilos y facilitar la lectura en múltiples formatos. Representa el carácter abierto, accesible y horizontal del Encuentro.
El proceso de creación del diseño fue colaborativo y secuencial, combinando el dibujo a mano, la digitalización y la intervención artística con color. La primera etapa estuvo a cargo de Rotzio.exe (Corrientes), quien realizó el boceto inicial en formato ilustrado, plasmando la estructura general, los elementos simbólicos y la composición central del diseño.
A partir de este primer desarrollo, la pieza fue vectorizada digitalmente, conservando los trazos originales y preparándolos para una posterior intervención gráfica. La segunda etapa estuvo a cargo de Ailén Chaco (Las Breñas, Chaco), quien redibujó y coloreó la ilustración, aportando una paleta vibrante y una identidad visual que refuerza el carácter expresivo, regional y simbólico de la propuesta.
Este ida y vuelta entre dibujo manual y trabajo digital, entre provincia y provincia, refleja no solo la metodología de trabajo sino también el espíritu mismo del Encuentro: la construcción colectiva, la escucha mutua y el entrecruzamiento de miradas diversas.
Valores diferenciales
Este diseño se distingue por su profunda conexión territorial y afectiva, que atraviesa tanto los elementos gráficos como el proceso colaborativo de creación. Esta obra parte de una mirada situada en el Litoral argentino, incorporando flora, fauna, colores y mitologías propias de Corrientes y el Chaco.
Una de sus innovaciones radica en la reinterpretación visual de elementos identitarios: animales como el yaguareté y el yacaré aparecen en versiones estilizadas y cromáticamente transformadas con los colores del movimiento feminista, resignificando su potencia simbólica. Las flores regionales —como el ceibo, irupé y mburucuyá— no solo representan la biodiversidad local, sino que también llevan nombres que rinden homenaje a las ancestras del linaje materno de une de les diseñadores, fusionando lo político con lo íntimo.
Además, la figura de Anahí —símbolo de resistencia indígena— aparece danzando entre elementos de candombe, haciendo dialogar culturas afroguaraníes en una escena de sincretismo visual y reivindicación histórica poco común en este tipo de piezas.
Desde lo técnico, el trabajo combina técnicas manuales y digitales, manteniendo el trazo artesanal en un entorno gráfico vectorial, lo cual le da una textura viva, con carácter y calidez. El proceso en sí mismo —dibujado, compartido, coloreado entre provincias y compañeres— es una metáfora visual del propio Encuentro: plural, diverso, horizontal y popular.
Fuente: Comisión organizadora del encuentro






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