El 1 de septiembre Maximiliano Rivas fue condenado a seis años de prisión por la violación ocurrida en el año 2018. Mantenía una relación de amistad con la sobreviviente, Liliana Gómez, quien accedió a realizar una entrevista con Las del Nea en Red, un grupo de comunicadoras con perspectiva en Derechos Humanos.
La mujer, mamá de dos niñas, relató el hecho, pero sobre todo se focalizó en brindar mensajes que alerten a quienes pueden ser víctimas de personas violentas. En este contexto, recordamos que la Organización Mundial de la Salud, precisa que una de cada tres mujeres sufre violencia física o sexual a lo largo de su vida.
“Me ofrecieron una moto vieja para que retire los cargos, porque sigue jurando que fue consensuado y que yo lo provoque”, contó Lili -así como la llaman amigos y familia- quien tuvo que esperar siete años por la sentencia. Antes de eso, cuatro meses para la orden de una perimetral para ella, para su hija y su mamá también, lo que no impidió que reciba agresiones del victimario, pareja, familiares y amigos de él.
“Cuando mi abogada me preguntó qué quería, le dije: que sea condenado, no quiero que quede libre o se descarte el caso, que no prescriba. No fue un camino fácil, yo lo daba por perdido hasta que me llamó y me contó: vamos a juicio oral contra Rivas”, describió y agregó que “ahí volvieron las pesadillas”.
Ella, relató la falta de perspectiva de género a la que se enfrentó en varias situaciones. La primera fue al realizar la denuncia y luego en un centro de salud. A lo que después siguió los años de espera para el juicio. Sin embargo, sostuvo que está conforme con la sentencia y que el juez que tomó esta decisión “se puso la diez”.
“El sistema es machista, pero tenía fe en mi abogada -se llama igual que ella- y creo que esto sienta un precedente. Un violador no estará más libre en las calles. Hasta que se haga efectiva la sentencia está en libertad, una vez que se haga efectiva, va preso esos 6 años. Esto es un incentivo para las chicas que no hablan, sé que no soy la única”, expresó.
A su vez, alentó y siguió: “Vayan y denuncien, van a pedir testigos y van a dudar de su palabra”. Luego, recordó que ese día habían discutido con su pareja y, después del abuso, focalizaban en esa situación. Hasta preguntaron por qué no estaba con sus hijas esa noche.
“Nos quedamos tomando un vino y a la madrugada aparece él y un amigo, artesano uruguayo. Tomá fernet, me decía. El siempre tuvo actitudes invasivas, medio tosco. Me sentí mareada. Vamos a casa, me dice, que está la cama de mi hijo libre. Recuerdo que me encuentro con unos malabaristas y artesanos que ya estaban desayunando. Ponen un aislante en el piso y me acuesto. Él llega y me dice: no te diste cuenta cómo te miraban. Después de ese día me reencuentro con esos chicos y me dicen que me vieron mal y no querían que me vaya. Tengo recuerdos cortos, uno era yo caminando por la vereda. Llegamos a su casa y pienso que nos íbamos a juntar con un ex director de teatro amigo, y por eso puse a cargar mi teléfono que tenía 9% de carga, me acuerdo de números. La cama de su hijo estaba llena de ropa. Él se había ido a mirar televisión. Luego, me despierto por una pesadilla. La televisión estaba apagada, todo oscuro, y el arriba mío, penetrándome”, cuenta y describe en detalle el abuso.
Ella, cuando logra salir llama al 911 pero recuerda que estaba tan aturdida por el hecho que no puede decir bien lo que sucedió y corta el teléfono. Llama a una amiga quien le dice para ir a comprar la píldora del día después -anticonceptivo de emergencia-. De allí, con otros amigos que se sumaron, van a realizar la denuncia.
“Si una persona esta excedida de alcohol, esta borracha y no puede dar su consentimiento, es abuso. Sí esta borracha, drogada, no importa que parezca que dio su consentimiento, porque no está en sus cabales”, advirtió.
Al conocer sobre la fecha del juicio, contó que sintió “alegría, miedo e inseguridad”.
“Todo este tiempo sentí temor. Me dijeron: porqué te fuiste; a mí nunca me cayó bien ese chavón, fue tu culpa por no escuchar; es un tipazo -le decían otras mujeres en las redes sociales-; lo que hace una por unos links. Se te reirá mucha gente, pero es esa misma gente es la que juzga cómo te vestís, no suman. Van a poner en tela de juicio tu testimonio. Harán todo para sacar del eje al abusador. No se callen, tendrán muchas trabas. Sepan que el que les da la espalda en ese momento, nunca fue su amigo”, dijo.
Lili, dejó un mensaje para adolescentes, mujeres y también hombres: “La manipulación y cohesión también es violación. Es violencia y, si accedes estas siendo violada. Una persona que te quiere no te va a manipular, un hombre no te dará pastillas, eso es violencia sexual. El que te quiere bien no te va a obligar. Sí a una chica de 14 años, uno de 21 años le dice que ella es más madura y pide tener relaciones, debe saber que es un pedófilo. Cualquiera que te obligue por la fuerza física o cohesión te está violando”.
Texto: Clarise Sánchez
Foto: Gentileza Poder Judicial https://www.juscorrientes.gov.ar/prensa/condenaron-a-6-anos-de-prision-a-un-hombre-por-abusar-de-una-amiga/











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